El 5 de mayo de 2013 se cumplen 10 años del asesinato, por parte de la guerrilla de las Farc, de Guillermo Gaviria Correa y Gilberto Echeverri Mejía junto a 8 militares, tras un intento fallido de liberación del Gobierno Nacional.



Indagado por este hecho, por la Marcha de la No Violencia que desembocó en el secuestro del Gobernador de Antioquia y el Asesor de Paz, el periodista Luis Alirio Calle expresa que dicha manifestación fue un éxito y hace una profunda reflexión del papel que cumplen los medios en estos casos.



¿Qué significó ese hecho para Antioquia y el país?



Yo siempre valoré el coraje con el que el Gobernador Guillermo Gaviria y Gilberto Echeverri asumieron eso. Yo sentí en ellos un convencimiento muy fuerte, obviamente que ellos no pensaban ‘vamos a meternos en la boca del lobo para que nos maten’, ese no era el propósito. De esa marcha estuvo pendiente el mundo entero y ese es un logro, es un logro la cantidad de personas que fueron.



A mí lo que me queda de lección, de mensaje, de aprendizaje de aquello es eso, y yo llamaría a que lo viéramos así porque a mí me parece formidable, independientemente del dolor, de ese resultado final un año después, porque eso nos dolió a todos, a mí me dolió sobre manera ese asunto porque yo veía a un político muy distinto.



Lo que yo veo fundamentalmente en la Marcha a Caicedo es una actitud de nuevos líderes o de un nuevo liderazgo, una nueva manera de ser líder; el que con el propósito convencido de un mensaje emprende una acción que sabe riesgosa pero asume esos riesgos.



¿Usted cree que la Marcha a Caicedo fue un éxito?



Yo creo que en el momento que ocurrió lo de Gilberto Echeverri y Guillermo Gaviria, la Marcha a Caicedo, a mí me pareció un logro positivo, independientemente del secuestro, que ahí empezó a verlo todo el mundo como mal. Eso no es para verlo así, ahí la crítica debió ser enfocada en otro sentido, a la misma guerrilla.

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Son hechos de guerra complicados, difíciles de digerir, pero desde la marcha misma a mí me pareció un éxito y digo me pareció porque finalmente yo sentía que los dos líderes habían asumido ese riesgo, nadie pensó que los fueran a matar, fue un final negativo, pero no de fracaso de la marcha.

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El secuestro del Gobernador de Antioquia y el Asesor de Paz colmó la atención de los medios de comunicación, ¿Cómo analiza usted el papel de los periodistas en este caso?



Ahí es donde yo veo el gran vacío de los medios de comunicación, se centraron en lo más doloroso y en lo más jodido y resultaron más visibles la guerrilla que la gente y la gente fue la que protagonizó ese hecho, la gente marchó con sus líderes.



Qué nos está diciendo eso, no sé si la falta de compromiso o la falta de visión de los medios de comunicación en aras de una cosa o a cuenta del negocio, porque eso lastimosamente le hace pensar a uno que el ejercicio del periodismo se ha convertido en una parte del gran negocio, del espectáculo del mundo.



El periodismo es cada vez más espectacular y hecha mano de lo más doloroso y de lo que más llama la atención, que son cosas que hay que decir, desde luego. Yo no digo que vamos a ignorar el secuestro, pero darle la dimensión de grandeza que tenía la parte de la gente yendo hasta allá, el hecho de que no hubo muertos.



Hay que reevaluar este oficio, pero eso se queda en buenos deseos, en que uno lo dice en una entrevista, o en una conferencia, o en un foro o lo escribe y resulta inútil porque lo que se impone es el negocio o el periodismo como empresa.

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Hacemos espectáculo, obviamente era espectacular lo del secuestro, además eso da pie para descalificar y minimizar el trabajo y hubo mucho comentario en ese sentido y en eso también nos falta responsabilidad porque habría que partir de la actitud de ellos y de la gente de ir hacia allá y lo que querían decirle a la guerrilla; era una confrontación no violenta a la guerrilla y lo hicieron.